Sobre mi

Nací en el sur del Gran Buenos Aires. Desde muy joven sentí la necesidad de transponer los límites familiares y seguros del territorio conocido e internarme en la etimología de leyendas, símbolos y enigmas universales. Mi interés por el significado oculto de estos temas, de alguna manera, fue lo que me llevo a escribir todos los libros que llevo publicados.

Fue buscando el origen de mi apellido en el sur de Francia, que me encontré con hechos de los cuales jamás antes había oído hablar. Esta región llamada antiguamente Occitania, y que tenía en común la “Lengua de Oc” (de ahí su otro nombre Languedoc), fue siempre un reducto de ideas heréticas y heterodoxas. En el siglo XIII fue el epicentro de una brutal matanza de casi 200.000 personas, seguidoras, o que apoyaban a los cataros (un cristianismo de tipo gnóstico). Así fue como combatieron unos cristianos contra otros cristianos por mandato de un papa. La inquisición se creó en esta zona para combatir la herejía catara, y luego siguió con las brujas, y contra todo aquel que osara desafiar la “doctrina oficial”. Es esta una zona con mucha presencia alquímica y pagana. Más del 60% de todas las vírgenes negras de Europa se encuentran en esta zona. También es muy notoria la presencia templária, ya que este lugar concentra mas posesiones de la Orden que cualquier otro lugar de Europa. A pesar que a los templarios se los persiguió por Francia de forma despiadada y algunos otros países de Europa de manera menos brutal (hoy sabemos que los cargos de herejía y apostasía contra ellos fueron inventados), los del Languedoc jamás fueron tocados y casi todos ellos pudieron volver a sus posesiones después de un tiempo. Algo que llama la atención es que acá la Magdalena y el Bautista son nombres muy fuertes, y en cantidad muy superior a lo normal consagran capillas e iglesias. Hay leyendas sobre el grial y tesoros visigóticos escondidos. En estas tierras surgieron los trovadores, músicos itinerantes que le cantaban al amor erótico. Esta región posee además el hecho diferencial de la dinastía Merovingia.

Demasiadas cosas quizás para una región que también fue llamada Gotia (magia).
Muchos interrogantes, muy pocas respuestas… 

Debo aclarar que no soy un historiador, sino solo un divulgador de hechos e hipótesis que no siguen la corriente oficial o académica. En mis dos primeros libros recurrí a investigadores no convencionales, personas que se apartan del sendero conocido para internarse en brumosas y abruptas sendas de montaña. Las mismas montañas del Languedoc-Rosellón donde comienza esta “otra” historia, con sus sinuosidades y enigmas y donde tuvo origen mi propio apellido.

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