Los símbolos nos transportan al centro del corazón del ser humano. Incluso en la cultura occidental contemporánea, que parece estar dominada por el racionalismo, el consumismo y las constantes novedades estéticas, los símbolos que compartimos siguen marcando nuestros paisajes mentales y emocionales. El afán de articular las interconexiones del universo con nuestro origen es una necesidad humana intrínseca que compartimos con nuestros ancestros mas lejanos.
Los antiguos egipcios usaban los símbolos para representar las fuerzas del universo: los dioses y los hombres, la creación y la inmortalidad, la lucha entre el bien y el mal, etc, etc. Incluso su lengua escrita era, en cierta manera, simbólica. Los celtas veían todos los elementos del mundo natural como si estuvieran poseídos por espíritus de personas. Lo mismo pensaban muchos de los pueblos nativos de America.
Los fenómenos naturales y sobrenaturales estaban en interacción constante en un coreográfico ritual cósmico.
Las religiones siempre han comunicado sus creencias a través de los símbolos, tanto para dar a conocer el poder del universo, como para expresar sus verdades mas profundas.
Los símbolos entonces representan, no ya las diferencias entre culturas y tradiciones, sino mas bien los instintos compartidos que expresan las verdades fundamentales de la experiencia humana a traves del poder de la creatividad.
Muro de Berlín

Símbolos: Lo que queda del muro de Berlín y su oscura historia.
Puente de los Dragones


Liubliana, Rep. de Eslovenia; El Puente de los Dragones es el simbolo de esta ciudad, aunque para occidente el dragón fue casi siempre un símbolo de maldad, destrucción y muerte
Praga

Budapest: Estatua de la Emperatriz Sisi.
El Ank

De repente, aparece en esta historia de cristianismo primitivo el Ank, ese símbolo «que a todos cae bien». A priori no tiene mucho que ver en esta historia, pero no es así. Para empezar el Ank es la misma llave de Pedro y de Jano….El símbolo egipcio más conocido, después de las pirámides, es el Ank o cruz ansada. su nombre significa «vida» e identifica a su portador como un ser divino.
Relativa a los hombres, significa la búsqueda de la inmortalidad, ya que la larga longevidad de los dioses sumerio les hizo parecer inmortales a los hombres.
Las llaves de Jano y de Pedro corresponden a una adaptación romana de este signo egipcio, que señalaba a los dioses «inmortales» de entre los hombres «inferiores» y mortales. La llave y el Ank son el mismo símbolo.
Tetragrama de Jano, cruz de Constantino y Crismón
Es un símbolo que hoy podemos encontrar en sitios tan emblemáticos como el suelo de la Plaza de San Pedro en el Vaticano o en la bandera inglesa.
Podría ser una anécdota pero es que este símbolo, aparentemente inofensivo, es una versión minimamente modificada del código nº 666 o el número de la bestia. Por su parte, el «Tetragrama de Jano» proviene de mezclar dos símbolos que le precedieron, el de la madre de Jano (Juno) y el Ank egipcio.

La diosa Juno es la madre de Jano y ha cedido su nombre al tercer asteroide descubierto en el sistema solar, uno de los más grandes, que por su tamaño fue clasificado en un principio como planeta con símbolo planetario propio. Es similar al de Venus, aunque sustituye el circulo de Venus por una estrella de ocho puntas, que representa la diadema de corona de la diosa Juno y la gran cola de su pavo real.
A los pies de la diosa solían haber uno o varios pavos, el animal que se le consagraba.
Y como quedaban por justificar las otras dos letras del nombre de Jano (Arkó), la iglesia dice que significan que Cristo es el alfa y el omega, el principio y el final de todo. Y así han deificado a Jesús como a Jano, una maniobra, un poco tosca, para ocultar la verdadera procedencia del símbolo.
Conozcamos ahora el símbolo de Juno, origen del popular «Tetragrama de Jano», que luego cambiaría el nombre por el de «Crismón» o Monograma de Cristo, uno de los símbolos más importantes del cristianismo. Marchaba Constantino con su ejército hacia la Batalla del Puente de Milvio cuando, mientas estaba adorando y pidiendo ayuda a sus dioses para el siguiente día, tuvo una visión (algunos dicen que fue un sueño): unos rayos negros salían del sol, mientas una cruz se dibujaba en el cielo y se oían las palabras «In hoc signo vinces» (por este signo vencerás). Al día siguiente, hizo que todos los soldados romanos pintaran ese símbolo, llamado «labarum», en sus armaduras y estandartes.
Constantino venció, tomó la ciudad de Roma y se hizo dueño del Imperio Romano y el signo que vio pasó a ser la razón de su conversión al cristianismo y de ahí a convertirse en el Crismón o monograma de Cristo, uno de los signos primordiales del cristianismo.
La leyenda es muy bonita pero la cruz que vio Constantino ya existía antes de la batalla y se llamaba «Tetragrama de Jano», el símbolo de piedra más repetido en numerosos templos y lápidas de toda Europa.

Izquierda, ceremonia de inauguración los JJOO de Londres 2012 y la plaza del obelisco en el Vaticano, encerrada entre la espléndida columnata de Benini
La piña

En ocasiones lo vemos acompañando el cáliz de la eucaristía, como en la fotografía tomada en el «Jardín de la Piña» del Vaticano. En este caso, la eucaristía es una piña gigante de cinco metros de altura, que simboliza a la glándula pineal.
Para el cristianismo, el pavo real representa también a Cristo muerto y resucitado, ya que el pavo real es una de las formas en que se representaba el Ave Fénix, que renace de sus cenizas.
Como se aprecia en esta espectacular imagen de un Pavo Real volando, el parecido con el Ave Fénix es innegable, de hecho son el mismo animal.
La rosca de reyes
En el culto a Jano se originó la rosca de reyes, una metáfora excelente del campo toroide, la forma que la energía toma en todo el universo, incluido el ser humano.
Es una amarga realidad para los que cuando éramos niños creíamos en la historia y en la religión en la que nuestros padres nos criaron.
Para endulzar tanto engaño, ahí va un dulce consejo gastronómico…
El primero de enero, se celebraba en Roma las fiestas de las Januales con danzas y fogatas. Era costumbre intercambiar presentes y buenos augurios para el año que estaba empezando, tal y como hacemos en la actualidad.
Los romanos vestían sus mejores ropas (o confeccionaban ropa nueva) en estos días y se adornaban con las mejores joyas, como seguimos haciendo también en las fiestas de Noche Vieja y Año Nuevo.

Después de hacer los sacrificios a Júpiter en el Capitolio, los romanos iban al templo de Jano para ofrecerle dátiles, higos, miel y unas tortas redondas, en forma de rueda que llamaban» Janual».
Este es el origen de la rica rosca de reyes, una dulce representación de la rueda del tiempo manejada por el dios Jano.
Los Pontífices de Jano
El culto que predominaba en Roma era el de Jano, el más antiguo. En el imperio romano los sacerdotes estaban reunidos en cofradías y la más importante era la de los pontífices o constructores de puentes. Sobre ellos giraba todo el culto romano y cuidaban especialmente del templo de Jano.
Los Pontífices elegían entre ellos al «Pontifex Maximus», un cargo vitalicio que estaba considerado como el auténtico jefe de la religión en Roma, exactamente como los Papas actuales, que por cierto llevan el mismo nombre: Sumo Pontífice.
En algún punto determinado de la historia, el Máximo Pontífice, que además era el Sacerdote de Jano, sustituyó su nombre por el de Sumo Pontífice y adoptó el nombre de Pedro (para que todo coincidiera). Así pasó a ser el primer papa de la iglesia católica.
Paralelamente se iba construyendo la nueva religión y se escribían los evangelios, sin ningún testigo directo de lo que relataban y por tanto susceptibles de toda la manipulación imaginable. El cargo de «Sumo Pontífice» (del cristianismo de Pedro) o «Máximo Pontífice» (del culto a Jano) es muy antiguo, pero hoy día conserva toda la vigencia, ya que es el que usa el papa en su cuenta de Twitter.

El huevo de Pascua

Uno de lo símbolos de la «Diosa Madre» primigenia es el «Huevo Cósmico», el germen de la creación, icono también de fertilidad y del ciclo de la vida. El huevo es en realidad el feto que nace y renace en la matriz, en el vientre abultado – en forma de huevo – que anticipa el comienzo de una nueva vida. Las dos mitades del huevo, clara y yema, son el símbolo perfecto para la dualidad de la vida: femenino-masculino, noche-día, cielo-tierra y para la dualidad maniqueísta del Bien y el Mal, en la que basaban su creencia los Cátaros, que quizás por eso fueron tan devotos de María Magdalena.
Y es que María Magdalena. fue la heredera del culto a la «Diosa Madre» y su «huevo primigenio» y por eso se la representa con el atributo de un huevo.
El arte sacro, que en sus tiempos tenia una importante función divulgativa, presenta a María Magdalena con el «Huevo Cósmico» pero también vestida con una túnica o un manto rojo, símbolo de la diosa iniciática, de la gran sacerdotisa: el arquetipo de la «mujer de rojo».
No sabemos si Caperucita Roja llevaba huevos en la cesta para su abuelita, pero si que sabemos que siempre vestía una capa de color rojo con la que se hecho más famosa aún que María Magdalena.
Psicoanalizar a la niña del bosque nos llevaría demasiado texto y lo dejaremos para mejor ocasión, pero dejamos constancia de esta «coincidencia» en su vestuario con Magdalena, que más adelante tomará sentido.
Los huevos, pintados de colores, fueron usados en el antiguo Egipto como ofrendas.
Mucho antes, en Babilonia, la diosa Ishtar había salido de un huevo que cayó del cielo al río Éufrates, donde fue recogido y empollado por unas palomas (de ahí el símbolo de la paloma blanca para la Virgen María, la impostora que se ha hecho pasar por madre de Jesús).
De ahí nace la tradición de pintar huevos por Pascua, ya que la fiesta de la Semana Santa se llama «Easter» (así la llaman en inglés) y debe su nombre a Ishtar/Easter.
La Iglesia, tan sincera como siempre, ha justificado este origen pagano de la Pascua diciendo que el huevo es «Cristo emergiendo de la tumba», una maniobra un poquito forzada.
El escarabajo

En Egipto el escarabajo era simbolo de la autocreación; se creia que se procreaba directamente de las bolas de estiércol de los animales, con las cuales protegia los huevos y las larvas. Se lo relacionaba con el Sol y, por tanto, con el calor y la luz vital. En las tumbas, se ponian cerámicas con formas de escarabajos como simbolo de renovación de la vida. El escarabajo representaba el Sol de la mañana con la forma del dios Khepri.
El árbol sagrado celta

El árbol sagrado reflejaba el mundo inferior y el superior; las raices se hunden en el suelo, mientras que las ramas se alzan hacia el cielo. Los árboles sagrados tambien estaban relacionados con la caza y con Cernunnos, el dios de los ciervos.
El Tetragrammaton

La palabra TE TRA GRAM MATON que rodea la Estrella Flamígera, es el nombre de la Divinidad; es el Santo Bendito Nombre Impronunciable, que en hebreo tiene cuatro letras: IOD-HE-VAU-HE. En otros idiomas también tiene cuatro letras. En Español: DIOS.
Las cuatro letras sagradas hebreas de derecha a izquierda llamadas TETRAGRAMATON, son los cuatro signos consonantes que traducidos literalmente significan IHVE, que según las tradiciones y traducciones, son el impronunciable nombre de Dios.
Las historias cabalísticas argumentan que este símbolo tiene grandes poderes de protección que se ven reflejados en numerosas formas de uso. Como anillos, colgantes, estampados, pinturas, marcos, vidrios, etc., controlando la influencia de las entidades tenebrosas y atrayendo bendiciones.